La galería de mis curiosidades

Ojos brillando con malicia,
índice de la anhelada seducción, 
ruegan a mi boca probar sus delicias 
antes de que venga la devastación. 

¿Por qué no escondo mi duda,
si el panorama se ve tan atractivo?,
ya no hay pureza 
y lejos de ser algo contraproducente,
resulta ser un enorme incentivo.

Mientras más oculto yace el misterio 
más monstruosa es la curiosidad, 
y funge como un lucero,
uno muy difícil de apagar. 

¿Por qué hay tanta hermosura en lo inexplorado...
si al final los granos de arena rápido se desvanecen?
me gustaría pensar que es algo simple, 
pero realmente es algo muy complejo. 

Es el mensaje de una entidad incorpórea
revelando su intención:
abrir las mentes y los cuerpos para hacerlos uno.
Lo que no sabemos es si se trata de uno más completo 
o de uno más limitado.

No importa,
ya estamos cautivos,
somos las victimas expuestas en plena desnudes, 
nos sentimos vulnerables, como infantes,
adictos siendo tus hormonas
y viajeros alrededor de tu excelsa anatomía. 

La curiosidad es una deidad
cuando actuas movido por el sadismo,
simplemente no existe
y es muestra de un inherente egoísmo.

No importa que veas mis cartas,
no importa que leas mis manos, 
soy difícil de descifrar 
y en el fondo,
eso es lo que más te gusta.

Intento rondar como figura, 
pero logro acabar como sentimiento,
ya no hay remordimiento, 
sólo una sátira de la lujuria.

¿Será que éste si es el final de la curiosidad?
No, ella es el concepto de inercia
dentro del pensamiento humano: 
El Lázaro más resucitado.